Bitácora de un carpetoedetánico curioso donde van a parar todos los conocimientos aparentemente inútiles.

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miércoles, 27 de julio de 2011

Tres insultos


Esta  mañana he asistido a una discusión entre dos personas en las que han empezado intercambiado pareceres sobre como hacer un trabajo y han acabado con diversas apreciaciones sobre sus capacidades intelectuales y la fidelidad de sus respectivas esposas. Entre la retahíla de insultos que se han dedicado mutuamente rescato tres que tienen una interesante historia.

Imbécil: viene del latín imbellicis cuya traducción literal seria sin báculo, sin bastón. El insulto es de la época clásica, cuando se consideraba que la vejez traía consigo la sabiduría y la experiencia (algo que en la actualidad hemos olvidado). El Senado de Roma debe su origen y su nombre a los consejos de ancianos que gobernaban las antiguas tribus. Así que no es de extrañar que la imagen de un anciano con bastón significase inteligencia, por lo tanto los que no llevaban bastón eran los "jóvenes imbéciles". También hay otra teoría que dice todo lo contrario. Imbellicis significaría "en el bastón" (im- no seria el prefijo de negación, si no la preposición in) osea la gente que si que necesitaba bastón y por ello eran mas débiles y necesitados. Luego lo que empezó significando debilidad física pasaría a significar debilidad mental. Como siempre que cada uno escoja la que mas le guste.

Cabrón: el símil de los cuernos para indicar que se ha sido victima de una infidelidad tiene variados y oscuros orígenes  todos ellos antiquísimos. Pero aquí vamos a contar porque decimos cabrón y no toro, ciervo, vaca o cualquier otro animal astado. Nos tenemos que remontar al siglo XIV cuando el arcipreste de Hita escribió el "Libro del buen amor". Una de las historia o eixenplos de este libro es la de Pitas Payas, pintor de la Bretaña. Pues resulta que el señor Payas tuvo que salir de viaje y no se fiaba de la fidelidad de su joven esposa, así que, haciendo honor a su arte, le dibujo un corderito debajo del ombligo, de esta manera si cuando él volviera el corderito estaba borrado significaría que había yacido con otro hombre. El viaje del pintor se prolongo durante casi dos años  y su amante esposa efectivamente se la pegó con un  jovenzuelo de la zona, y la tierna imagen del corderito paso a mejor vida. Pasó el tiempo y un buen día la mujer se enteró de que su marido estaba a punto de llegar, alarmada le dijo a su amante que le dibujara un cordero donde la había hecho su marido y el joven se puso manos a la obra pero en vez de cordero le dibujo un carnero o cabrón con un generosa cornamenta. Cuando llego el marido le demandó enseguida que le enseñase el dibujo y al ver el cabrón se enfadó y exigió explicaciones a la mujer , a lo que esta contesto: "¿Como quieres que en dos años el cordero no se convierta en carnero? Haber venido antes y tendrías cordero".

Gilipollas: y por último la que tiene menos historia, o no. Según el drae deja claro gilipollas viene de gili reforzado por las pollas en cuestión, igual que gilipuertas,  aunque hace años que no oigo este insulto, debe de estar ya demode. Gili a su vez  viene del caló jili que significa tonto, alelado. Y este de jil, también palabra caló que significa frió. Pero también hay otra bonita historia ambientada en el Madrid del siglo XVII, o XIX, por que si, efectivamente esta historia tiene dos versiones. El protagonista de esta historia era un importante personaje, bien un Fiscal del Consejo Supremo de Castilla, bien el propio alcalde de Madrid, llamado Gil Imón. Dada la relevancia de su cargo era invitado a múltiples fiestas en la capital, las cuales aprovechaba para llevar a sus tres (dos) hijas a ver si podía "colocarlas". Las muchachas, o "pollas" como se decía en la época, no eran muy agraciadas, pero intentaban paliar esta falta de belleza natural con gran ostentación de ropas y joyas. Lo absurdo del resultado y el que las chicas tampoco parecían tener mucha inteligencia hizo que rápidamente se asociara a don Gil y sus pollas con la idiotez y la tontería. Así pues cuando acudían a algún sarao se oía comentar, "Ahí vienen Gil y pollas", y todo el mundo sabia que llegaba la tontería personificada, tanto que la  palabra gilipollas llegó a convertirse en el insulto que hoy en día conocemos. 

Y yo os dejo que tengo que compararme un báculo y vigilar como sigue mi corderito.


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6 comentarios:

  1. Desde el siglo XIV ha llovido bastante,pero el otro dia conocí a una chica que cada vez que su novio sale de fiesta sin ella le dibuja algo diferente en la parte posterior del miembro con un rotulador permanente!!!!

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  2. interesantes reflexiones....miguel angel...y a lo dicho por arantxa....hay sitios que venden rotuladores permanetes...por si las moscas...NO SE PUEDEN CERRAR LAS PUERTAS DEL CAMPO......FELICES VACACIONES

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  3. Hermanita!! Lleva cuidado que cada vez te juntas con gente mas rara. Un besazzzzzzo.
    Y que lo digas Willy, aunque al ritmo que van las prohibiciones en este país quien sabe lo que puede pasar.

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  4. ¡Es que el castellano es tan rico y los orígenes etimológicos de sus insultos tan variados...!
    A mí también me gustan "idiota" y "estúpido", que beben de fuentes grecolatinas y han dado muchos giros antes de convertirse propiamente en insultos.
    Mil saludos.

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  5. Profe, también he intentado investigar esos, pero mi latín esta ya muy estropeado para enfrentarme a ese reto. Aparte de que perdí mi glorioso y remendado(con cinta aislante negra) diccionario.
    Gracias por el aporte y dos mil saludos.

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  6. Hola Miguel Ángel, interesante esta aportación como todas las que haces. Darte las gracias por la deferencia, eres un sol.

    Un besito.

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