Bitácora de un carpetoedetánico curioso donde van a parar todos los conocimientos aparentemente inútiles.

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sábado, 16 de julio de 2011

La real expedición filantrópica de la vacuna


Hoy toca hablar de otra de esas grandes hazañas que hemos hecho los españoles y que, quitando los especialistas, poca gente conoce. Estamos hablando ni mas ni menos que de la primera expedición sanitaria de carácter internacional, frase que no es mía, si no de la Organización Mundial de la Salud.

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Pero empecemos por el principio, en 1798 Edward Jenner publica sus trabajos sobre la vacuna contra la viruela, enfermedad que periódicamente atacaba a toda Europa y que estaba asolando América desde la llegada de los conquistadores. Esta vacuna consistía en inocular al paciente una variante benigna de la enfermedad que sufrían las vacas (de ahí el nombre de vacuna), el sujeto contraía esta enfermedad sin apenas darse cuenta pero ya quedaba inmunizado para la variante humana. Rápidamente la vacuna se extendió y ya en 1800 llegó a España donde, con el apoyo decidido de Carlos IV (cuya hija sufrió la enfermedad), se iniciaron campañas de vacunación en toda España... peninsular, efectivamente en aquella época España abarcaba medio mundo y la grave situación en los territorios americanos hacia necesaria una inmediata actuación. Así pues con el impulso del monarca y la dirección del Consejo de Indias se empezó a estudiar la manera de llevar la vacuna a los territorios de ultramar. Y así comienza la epopeya.
En 1803 parte de La Coruña la corbeta Maria Pita llevando un equipo médico al mando del doctor Francisco Javier Balmis y con dosis de la vacuna guardada en  ¡niños!. Efectivamente esta era la dificultad del viaje, la vacuna no podía transportarse fácilmente ya que se estropeaba con rapidez sin las modernas técnicas de conservación, así que la única manera de transportarla en tan largo viaje era ponérsela a un niño y antes de que se recuperara de la viruela benigna extraerle linfa e inyectársela a otro niño y así hasta llegar al destino con la vacuna fresca. Veintidós niños huérfanos de la Casa de Expositos de La Coruña fueron los héroes anónimos de la misión, cuidados por Isabel Lopez de Gandalia rectora de dicha institución.

Con esta tripulación comenzó el extraño viaje que dio la vuelta la mundo. Allá donde llegaban vacunaban a la población y creaba Juntas de Vacunación para que siguieran su labor en la zona, a estas Juntas se les hacia entrega del manual de  Moreau de la Sarthede traducido por el propio Balmis donde se explica que eran las vacunas y como aplicarlas. El primer destino fueron las Islas Canarias y de allí saltaron al Nuevo Continente. Pero tras cruzar el Atlántico la aventura no había hecho mas que comenzar. Tras ir por las islas del caribe y la costa este se adentraron en el continente. La expedición se dividió en dos, una dirigida por el subdirector de la expedición  José Salvany que recorrió el continente y otra, con el propio Balmis a la cabeza que cruzo México para adentrarse en el Pacifico y llegar hasta las Filipinas, de allí a Macao y China para finalmente volver a España en 1806. La expedición de Salvany seguiría mas años por América donde murió este en 1810. Allá donde vacunaban reclutaban nuevos huérfanos para continuar la misión. Hemos de decir que los 22 niños originales fueron bien tratados tanto en el viaje como en su vuelta a España, ya que este era uno de los grandes anhelos de Balmis. No podemos decir lo mismo de los que hicieron la travesía del Pacifico, el enfado del doctor era monumental, ya que por mucho que luchase por ellos no conseguía que viajasen en optimas condiciones.

En resumen una hazaña sin precedentes en el campo de la medicina que nos demuestra una vez mas que cuando los españoles ponemos toda la carne en el asador conseguimos grandes logros.

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2 comentarios:

  1. Pues me parece muy interesante la historia, esas cosas que son difíciles de encontrar y saber, que grandes éramos entonces jeje

    Un besito

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  2. Grandes y un poco locos.
    Gracias por comentar..y estar siempre ahí.

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