Bitácora de un carpetoedetánico curioso donde van a parar todos los conocimientos aparentemente inútiles.

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lunes, 5 de mayo de 2014

El Quijote de Avellaneda


"Nunca segundas partes fueron buenas", la primera vez (probablemente) que se escribió esta frase fue, paradojicamente,  en una segunda parte. En el capitulo 4 de la segunda parte del Quijote el bachiller Sansón Carrasco pronuncia esta frase cuando esta debatiendo con don Quijote y Sancho la posibilidad de que Cervantes escriba una segunda parte de las aventuras del caballero, si, esa segunda parte en la que los tres se encuentran. Una manera peculiar del escritor de promocionar su obra, aunque quizás cuando habla de segunda parte no se refiera a esa misma en la que el lector se encuentra inmerso si no a "la otra" segunda parte que se publicó meses antes que esta, el llamado "Quijote de Avellaneda", o mas correctamente "Segundo tomo del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras".

Quijote+avellaneda+cervantes+apocrifo


En 1614, tras la buena acogida por el público de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha" aparece una segunda parte firmada por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, que no solo no tiene nada que ver con el manco de Lepanto, si no que incluso aprovecha el prólogo de su obra para vilipendiar  a placer al insigne escritor. No cabe duda que este Avellaneda no existió, y dicho nombre no es mas que un seudónimo bajo el que se escondía algún escritor de la época, pero ¿cual? al día de hoy aun siguen las elucubraciones sobre su identidad, aunque va cogiendo fuerza la figura de Lope de Vega, reconocido enemigo de Cervantes, bien como autor material del libro, bien como impulsor y benefactor de este. Una frase del mencionado prólogo ya nos pone en la pista de que el Fenix de los Ingenios debe de estar detrás del libro de una manera u otra: "...pues él tomó por tales el ofender a mí, y particularmente a quien tan justamente celebran las naciones más estranjeras y la nuestra debe tanto, por haber entretenido honestísima y fecundamente tantos años los teatros de España con estupendas e inumerables comedias, con el rigor del arte que pide el mundo y con la seguridad y limpieza que de un ministro del Santo Oficio se debe esperar." Creador de innumerables comedias y ministro del Santo Oficio.. dos mas dos, cuatro.

Como curiosidad añadida comentar que hasta en dos ocasiones aparece este "Quijote de Avellaneda" en la segunda parte del verdadero don Quijote. En el capítulo 59 mientras don Quijote y Sancho están en un posada oyen en la habitación contigua como dos caballeros hablan de la segunda parte del Quijote. Rápidamente irrumpen en la habitación y desmienten que las andanzas que se cuentan en dicha novela sean las suyas. Es mas, informado por sus interlocutores que que el personaje de Avellaneda vivió aventuras en las justas de Zaragoza el propio don Quijote decide abandonar su pretensión inicial de dirigirse a la ciudad aragonesa y decide que ira a Barcelona, como efectivamente sucede después.

También casi al final de la novela, concretamente en el capítulo 72, aparece Álvaro Tarfe, personaje importante en el Quijote de Avellaneda. Cuando el ingenioso caballero se percata de su presencia se presenta ante él diciendo que es el autentico don Quijote. El de Tarfe lo reconoce como tal y admite que los que él conoció fueron impostores, reconociendo por escrito ante el alcalde dicha confesión.

Otra cuestión reseñable es que en la segunda parte es cuando Cervantes fija como verdadero nombre de don Quijote el de Alonso Quijano, seguramente para desmentir el de Martín Quijada que le atribuye Avellaneda en su obra.

Y finalizo esta entrada, esperando que haya "Avellanedas", no para criticarme como autor sino para escribir segundas o terceras partes de esta historia en los comentarios pertinentes.

lunes, 27 de junio de 2011

"Vete a la porra" la versión oficial y la mía (aprendida de un genio)


A todos alguna vez nos han mandado a la porra, a algunos mas veces de las que han mandado a quienes no soy yo (toma frase rebuscada, para que luego digan que escribo sencillo). Según he oído por ahí esa porra hace referencia a un gran bastón que portaba el tambor mayor en los heroicos tercios de Flandes. Cuando paraban en las marchas esta porra era clavada en el centro del improvisado campamento y junto a ella se guardaban los estandartes y el dinero, si lo hubiese. Como es natural había una guardia permanente alrededor de la porra y el resto de objetos valiosos por eso era el lugar apropiado para que estuviesen los arrestados de poca importancia  Así cuando algún soldado hacía un barrabasada el oficial de turno le decía: "váyase usted a la porra" y el chusquero se tenia que sentar en los alrededores de la mencionada porra vigilado por los soldados de guardia. Así que cuando alguien nos molesta le mandamos a la porra, lo arrestamos en un rincón para que no fastidie mas.

Hasta aquí la versión oficial, pero yo sé la verdad, La Porra existe. Es un pequeña población en las afueras de Madrid donde va toda la gente que nadie aguanta y que son constantemente mandados a la porra. Una de las características de este poblacho es la pésima y rarísima construcción de sus edificios, ya que están diseñados por arquitectos que los han mandado a la porra por su mal gusto. Es un lugar donde la gente es amable, pero en exceso, su abundancia de labia les ha acarreado que hayan sido mandados a la porra una y otra vez.

Los que se fueron a la porra

Si queréis ampliar información sobre el tema no tenéis nada mas que leer la maravillosa novela. "Los que se fueron a la porra" de Álvaro de Laiglesia. Si os gusta la mitad de lo que me gustó a mí me estaréis eternamente agradecidos por esta entrada.

miércoles, 22 de junio de 2011

Escipión y Anibal


A esta anécdota, a caballo entre la historia y la leyenda, le tengo especial cariño. La oí por primera vez en un mítico programa de las madrugadas de la radio llamado "La Rosa de los Vientos" dirigido por Juan Antonio Cebrian, que en paz descanse, uno de los mas grandes comunicadores y divulgadores que he tenido el placer de escuchar y leer. No puedo dejar de recomendar cualquiera de sus libros, especialmente "Pasajes de la historia" así como todas sus grabaciones que circulan a cientos por la red. Maestro, se te sigue recordando. Fuerza y honor.

juan+antonio+cebrian+rosa+vientos+escipion+anibal+comandante

Al final del pasaje de Anibal, después de comentar la derrota en Zama a manos de su enemigo Escipión, Cebrián nos habló de un misterioso encuentro entre ambos generales ya en su vejez. En aquella entrevista estuvieron hablando de sus vidas dedicadas a la guerra y en un momento dado el romano preguntó a Anibal cuáles eran a su juicio los tres generales mas grandes de la historia, seguramente con la certeza de que él mismo sería uno de los nombrados. El cartaginés meditó un momento y dijo: "Alejandro (Magno), Pirro y yo". Escipión dió un respingo y exclamó: "Pero si yo te derrote en Zama" a lo que Anibal respondió orgulloso: "Es que si yo hubiese ganado en Zama me habría nombrado en primer lugar". ¡Grande Anibal! como grande era Juan Antonio Cebrian.

lunes, 16 de mayo de 2011

"Anubda" la palabra por la que se creo esta bitácora.


Estoy leyendo un libro maravilloso que recomiendo encarecidamente  a todo aquel que le guste la historia de España, "La gran aventura del reino de Asturias", de José Javier Esparza y editado por la esfera de los libros. En él hace un recorrido del principio de la Reconquista desde Covadonga hasta la transformación del reino de Asturias en reino de León. Doscientos años trepidantes que marcaron nuestra historia.

Bueno pues en este libro, entre otros muchos términos de la época me topé con la palabra "anubda" que era el servicio de vigía que prestaban los miembros de las primeras poblaciones del valle del Duero para avisar cuando venían los musulmanes u otros peligros. Según una definición que he encontrado por internet es:

"Servicio militar que en la alta Edad Media tenía como objeto la vigilancia a caballo en las fronteras y fuera de las ciudades y fortalezas. El mismo nombre recibía la multa que se pagaba por incumplir la obligatoriedad de prestar este servicio. Muchos caballeros e infanzones preferían pagar la multa y librarse del servicio."

Como curiosidad,  decir que no la he encontrado en el DRAE, ni en la famosa Wikipedia.

Pues esta palabrita, que me hizo gracia, no había manera de recordarla, y esa falta de memoria es la que me hizo plantearme definitivamente el inicio de este blog, tal y como comento en la primera entrada. Rastreé el libro hasta volverla a encontrar y la grabé en el móvil, técnica que uso cuando aparecen estas cosillas que me interesan, para luego llegar  a casa y buscarlas.... para olvidarlas poco después, lo que nos lleva de nuevo a la necesidad de esta bitácora.

Se que tarde o temprano me cansaré de escribir y lo dejaré a medias, pero hasta entonces "que me quiten lo bailao", y así haré el ridículo en Eurovisión.