La mujer que derrotó al pirata que llamaban Sir.
1589, tras la debacle de la Armada Invencible Grande y Felicísima Armada, Isabel I de Inglaterra ve la oportunidad de atestar un golpe mortal al imperio español aprovechando la debilidad de su flota. Arma una gran escuadra con casi doscientos navíos y unos 25.000 hombres entre marinería e infantería y a su mando pone al mejor almirante disponible, el corsario y comerciante de esclavos Francis Drake. El objetivo principal era atacar Lisboa y forzar una revuelta de los portugueses contra Felipe II así como controlar las islas Azores. Además, de camino, atacarían los puertos españoles para evitar que se rearmase la flota.
El trece de Abril parte esta poderosa armada (llamada la Contra-armada) y el primer destino es La Coruña. Allí penetran por la ría para evitar las baterías defensivas y rápidamente consiguen colocar doce mil infantes frente a la ciudad, que solo contaba con una guarnición de mil quinientos hombres al mando de Juan de Padilla. Se pelea fieramente en el barrio de la Pescadería pero los defensores tienen que replegarse y refugiarse en el recinto amurallado. Las fuerzas británicas asedian la ciudad y empiezan a minar los muros que se resquebrajan. Por la primera gran grieta que se abre el grueso del ejército ingles penetra en la ciudad dirigido por un enardecido alférez que, bandera en mano, arenga a los suyos, todo esta perdido para la ciudad. Pero al lado del cadáver de Gregorio Rocamonte, uno de los muchos que pueblan aquella zona de la muralla, esta su mujer, María Mayor Fernández de la Cámara y Pita, conocida por todo el mundo como María Pita.
María, llorando aun la muerte de su esposo, ve al arrogante alférez entrar por la grieta, empuña el arcabuz de su marido, que ella misma acababa de cargarle, y al grito de "el que tenga honra que me siga" dispara un certero tiro que hace que el ingles caiga fulminado, avanza hacia el cadáver empuñando el sable de otro soldado caído y le arrebata la bandera. Este heroico gesto enardece a los casi derrotados defensores que toman la iniciativa expulsando de la ciudad a los atónitos ingleses, que ven como son desbordados por unos cuantos soldados y cientos de ciudadanos que les atacan sin piedad mientras una lluvia de piedras arrojadas por las mujeres cae sobre sus cabezas. El quince de mayo las tropas británicas se retiran tras sufrir una humillante derrota, no sin antes saquear, devastar y asolar la comarca, acciones en las que Sir Drake era un maestro.
Felipe II reconoció el merito de María Pita y le concedió el cargo honorifico de Alférez de los Tercios, así como una pensión equivalente al sueldo de este cargo. Y si recordáis la historia de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, la corbeta que se fletó para esta aventura se llamaba María Pita, en honor de esta gran mujer.
Desde aquí nuestro homenaje y gratitud a esta mujer que lideró una gran victoria, no de nuestros ejércitos, si no del pueblo, ese pueblo heroico que tantas veces ha sacado de la estacada a nuestros dirigentes.