Emilio Herrera Linares y el traje espacial
Cuando en 1969 Neil Amstrong volvió de la Luna trajo consigo varias rocas lunares, la mayoría de ellas fueron para estudios científicos o museos, pero una se la entregó a un empleado de la NASA llamado Manuel Casajust Rodríguez con un mensaje claro: "Hazsela llegar a la familia de tu maestro. Sin él no habria sido posible este viaje". ¿Y quien era este maestro?, pues uno mas de esos españoles ilustres que nos empeñamos en tirar al baúl del olvido. Pionero de la aviación, inventor, militar, político por obligación, ingeniero y padre de la Escafandra Estratonautica, percusora e inspiradora de los trajes espaciales que permitieron a los futuros astronautas viajar al espacio. Nos estamos refiriendo a don Emilio Herrera Linares:
Nacido en 1879 en Granada, comenzó estudios de arquitectura, pero rápidamente los abandonó para ingresar en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, donde descubre su gran pasión, el incipiente mundo de la aeronáutica. Comenzó con globos aerostáticos alternando el desarrollo de innovaciones técnicas con el pilotaje de los mismos. Posteriormente pasó al mundo de los dirigibles, colaborando con el gran Torres Quevedo y hasta con la empresa alemana creadora de los míticos "zepelines", llegando a atravesar el Atlántico como segundo de a bordo del LZ 127 Graf Zeppelin. Y acorde con los tiempos acabo en el mundo de los aviones mas pesados que el aire, formando parte de la primera hornada de pilotos españoles.
En 1921 se inaugura el Laboratorio Aerodinámico de Cuatro Vientos, en cuyo desarrollo tuvo mucho que ver Herrera Linares. En este laboratorio se encontraba uno de los mejores túneles de viento de aquella época, y aquí nuestro héroe siguió con sus investigaciones empezando a pergeñar lo que seria su gran ambición, mandar a la estratosfera, a 25.000 metros de altura, un globo de barquilla abierta tripulado. Para ello, a parte del globo, había que desarrollar un traje que permitirá vivir a tal altura, solucionando problemas de respiración, presión y temperatura. Emilio Herrera se puso manos a la obra y desarrolló un impresionante traje que llamó Escafandra Estratonautica. Este traje de tres capas (lana, caucho y lona reforzada con hilos de acero) contaba con numerosos adelantos que posteriormente llevarían todos los trajes espaciales, como sistemas anti-vaho, micrófono y comunicador, termómetros y barómetros interiores y exteriores, elementos de respiración y eliminación del CO2... y, aunque parezca algo trivial, una de las grandes aportaciones, un ingenioso sistema para permitir la movilidad de las articulaciones dentro de ese enorme mamotreto. También pensó en desarrollar un sistema de calefacción pero tras las primeras pruebas en situación de casi vacío y a 79 grados bajo cero se comprobó que la temperatura en el interior del traje superaba los 30 grados, rodeados por el vacío y con el aislamiento que proporcionaba el traje lo problemático era deshacerse del exceso de calor que creaba el propio cuerpo humano.
El traje paso todas la pruebas concebibles y tanto él como el globo estaban dispuestos para el vuelo, el que seria el primer vuelo tripulado a tal altura, para el verano de 1936. Efectivamente, como muchos ya os habréis dado cuenta el verano en que estalló la Guerra Civil Española. El proyecto se tuvo que abandonar y traje y globo fueron destruidos y reciclados en material militar. Por ejemplo la la tela plástica del globo (que no del traje como ese dice en algún lado) fue recortada y utilizada para hacer chubasqueros para la tropa. Y así acabo la posibilidad de que España se convirtiera en pionera de los viajes espaciales.
En la guerra civil apoya al bando republicano y al finalizar la guerra tiene que exiliarse a Francia. Allí sigue trabajando en el terreno de al aeronáutica y la investigación, llegando a ser gran amigo de Albert Einstein. En 1945 intenta publicar un artículo sobre el uso de bombas atómicas, pero es rechazado por lo descabellado del tema. Meses después los estadounidenses lanzarían la bomba sobre Hirosima. La Nasa le ofreció colaborar con el proyecto Apolo pero él puso como condición que en la Luna también ondease la bandera española, a lo que los estadounidenses se negaron en redondo. Aparte de sus aportaciones a la aeronáutica publicó numerosos trabajos teóricos sobre la energía atómica, la Teoría de la Relatividad y la visión del universo. En 1960 fue nombrado Presidente del Gobierno de la República Española, tras haber ocupado el cargo de ministro de asuntos militares.
Falleció en septiembre de 1967 apenas dos años antes de que Neil Amstrong pisara la superficie lunar y se acordara de este español que aquí ya habíamos olvidado. Sirva este pequeño texto como homenaje y recuerdo.