Pasar la noche en blanco buscando el espaldarazo definitivo
Cuantas veces hemos pasado la noche en blanco, ya sea porque nos desvelamos absurdamente, porque tenemos trabajo que hacer, porque una novela nos engancha hasta el alba o simplemente porque nos dedicamos a hacer el tonto en internet durante horas y horas (de ésto se yo un poco). Incluso es posible que en una de esas noches de terrible desvelo nos hayamos preguntado de donde viene lo de pasar la noche en blanco, pues vamos a ello.
En la Edad Media el acto de ser nombrado caballero tenía una significación especial, mezcla de iniciación guerrera y ceremonia religiosa. En la noche de antes el aspirante era despojado de sus antiguas ropas, era bañado, confesado y comulgado, para ir limpio de cuerpo y alma el nombramiento. Después era vestido con un túnica blanca, símbolo de pureza, y pasaba toda la noche velando sus armas ante le altar. De esa noche que pasaban en vela y de blanco es de donde viene la frase pasar la noche en blanco.
Por la mañana era el nombramiento, poniendo fin a la ceremonia el gesto que todos conocemos. El caballero arrodillado y el rey le golpeaba con la espada entre el hombro y la espalda. A este golpe se le conocía como espaldarazo y representaba la confianza que el rey deposita en el nuevo caballero para cumplir con su labor. Por eso hoy en día cuando a alguien se le reconoce su labor desde la superioridad y se le anima a seguir adelante decimos que ha recibido un espaldarazo.
En la misma ceremonia hemos descubierto dos expresiones que usamos hoy en día, si ahora volvéis a leer el título de la entrada le encontraréis un nuevo sentido, que en realidad es el mismo que habíais entendido la primera vez.