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jueves, 15 de diciembre de 2011

De como unos combatientes regalaron munición a su enemigo


Al descubrir la historia de hoy no pude menos que mencionar la manida frase "Se non è vero, è ben trovato". Es ben trovato porque nos habla de una acto de romanticismo heroico y de defensa de la cultura sin precedentes, pero es muy posible que fuera non vero ya que estamos hablando de la Guerra de Independencia de Grecia (1821-1832), una guerra muy popular entre las élites culturales europeas, ya que defendían la libertad de Grecia, madre de toda la cultura occidental y precursora de la ciencias, las artes y la democracia. Muchos fueron los que subvencionaron esta guerra y no pocos los voluntarios que se alistaron en las filas de los rebeldes, entre ellos cabe destacar la figura de Lord Byron. Esta popularidad romántica y el apoyo de escritores que loaban las bondades de los griegos nos hace sospechar que quizás en este episodio concreto se les fue un poco la mano y fueron demasiado generosos con los combatientes helenos. Pero vayamos con la historia, y para ilustrarla que mejor que poner una foto del verdadero protagonista de ella, el Partenón:

Partenon+plomo+balas

Situado en lo mas alto de la meseta que da albergue a la Acrópolis de Atenas es un edificio por todos conocido construido "casi" enteramente en mármol. Y digo "casi" porque ahí radica la clave de esta historia. Los enormes bloques de mármol (o sillares) no están unidos entre si por argamasa o cemento, si no por unas curiosas "grapas" de plomo que quedan ocultas a la vista. Las grandes piedras eran agujereadas previamente y al juntarse se vertía en estos agujeros plomo fundido, que al solidificarse creaban estas "grapas" que unían firmemente los bloques.

Después de este pequeño apunte de arquitectura volvamos a la guerra. En los últimos estertores de la contienda las fuerza griegas habían conseguido sitiar a los combatientes turcos en la acrópolis y concretamente se hicieron fuertes en el Partenón. Ante la dureza de la batalla y la firmeza del sitio griego los defensores turcos se estaba quedando sin munición, y ¿cual fue la solución que encontraron?, efectivamente la que alguno de vosotros ya habrá imaginado, desmontaron los enormes sillares y extrajeron el plomo de las "grapas" para fundir nuevas balas con las que continuar la defensa. Este hecho si que fue absolutamente real, se calcula que entre los destinados a este fin y los que desmontaron para hacer barricadas unos 520 bloques de mármol fueron arrancados del monumento.

Los sitiadores griegos observaban escandalizados lo que estaba sucediendo. Su Partenón, símbolo de la grandeza de la Grecia clásica ¡estaba siendo demolido para fabricar balas!. Sólo se les ocurrió una manera de frenar lo que estaba sucediendo. Mandaron una comitiva para parlamentar con los sitiados turcos y les ofrecieron como regalo unas enormes cajas. Los turcos al abrirlas (supongo que con el caballo detrás de la oreja) observaron perplejos que les habían regalado cientos de balas de fusil. De esta manera consiguieron que les dispararan mas, pero frenaron la destrucción de su bien mas preciado, el legado cultural de la Grecia clásica.

Ciertamente huele a mito creado con posterioridad, pero es tan bonito que yo me lo voy a creer a pie juntillas.


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6 comentarios:

  1. Bofff, suena a chorra que hiede, Memoria. Es cómo si en la guerra de la Independencia hubieramos puesto el culo para que nos nos espoliaran los franceses... Bueno, al final nos expoliaron y sí, nos dieron por culo sin que lo pusieramos a tal fin... Un excelente artículo, cómo siempre.

    Un saludazo.

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  2. Tal vez sea un mito, pero te ha salido una muy buena entrada. Y con componente bélico que siempre lo hace (para mí) más interesante si cabe.

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  3. Muy bonita historia. Y a la inversa de lo que has hecho con historias anteriores (como la del puente que cruza dos países), esta vez has decidido quedarte con la belleza de la historia y no desmentirla ;).
    Igual estoy seguro de que, más de uno (entre los que me cuento) hubiese hecho lo mismo con tal de preservar tan magno pedazo de historia.
    Un Saludo.
    Uriel

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  4. Peinado, con tu particular manera de expresarte lo has explicado perfectamente, tanto lo que tiene de "posiblemente fabulada" esta historia, como lo que nos pasó en la guerra de la independencia, solo que aquí no desmontaron sillares para hacer balas, sino que dinamitaron castillos enteros solo por que si.

    Viriato, gracias por los elogios, ciertamente la historia es bonita independientemente del grado de veracidad que tenga, tan bonita que como ya he dicho me quedo con que fue realidad.

    Uriel, yo no se si hubiese hecho lo mismo, pero desde luego me gustaría tener el valor para poder hacer lo mismo.

    Gracias por los comentarios, saludos y nos seguimos leyendo.

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  5. Muchas gracias, Miguel Ángel, por tu amabilísimo comentario sobre mi blog y sobre la frase que le da título; has de perdonar mi tardanza en comentar pero estos días previos a las vacaciones navideñas me han tenido muy liada asuntos familiares y profesionales, pero prometo ponerme al día a partir de estos días.
    La entrada te ha quedado estupenda, porque, si bien es poco creíble, es verdaderamente "romántica", en esa idea de que los griegos quisiesen, por encima de todo, salvaguardar la integridad de su emblema nacional. La Acrópolis de Atenas es aún hoy de una extraordinaria belleza y el Partenón se alza en ella espléndido y majestuoso; yo tuve la enorme suerte de estar allí en mi viaje a Grecia y lo disfruté enormente.
    Por cierto, también el en Coliseo se observan hoy en día los agujeros dejados por la extracción de las grapas de plomo, lo que siempre sorprende al visitante.
    Excelente entrada, amigo, y mil bicos coruñeses.

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  6. Las gracias no se merecen en absoluto. Me alegra que te haya gustado la entrada, a mi me ha servido para descubrir esas unión con grapas de plomo que desconocía en absoluto. Y por lo que comentas de la Coliseo no debía ser una practica muy extraña.

    Mil saludos y nos seguimos leyendo.

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