Bitácora de un carpetoedetánico curioso donde van a parar todos los conocimientos aparentemente inútiles.

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sábado, 7 de julio de 2018

Cicerón, cicerón, cicerone y cícero.


El otro día en el trabajo tuve que enseñar las dependencias del edificio a unas visitas y no pude menos que decir, "¡Vaya!, ya me toca hacer de cicerone una vez mas". Una de mis compañeras al oírme me preguntó "¿que quiere decir exactamente eso de cicerone?, lo he oído decir alguna vez pero nunca he tenido del todo claro su significado, ¿no es alguien que habla mucho?". La verdad es que este significado también tenia sentido, dado que  Cicerón era famoso por sus elaborados discursos. Y como no podía ser de otra manera me lance a consultarlo en el DRAE, pero tuve la fortuna de consultarlo en papel, lo que me llevo a descubrir que hay hasta tres palabras que derivan del orador romano, y que efectivamente mi compañera también tenia parte de razón. Con estas tres palabras y el propio Cicerón ya tenia material para una nueva entrada, esta que ahora mismo estas leyendo.

ciceron, cicero cicerone

Marco Tulio Cicerón fue un político, pensador, filosofo, escritor, jurista y orador romano del siglo I antes de Cristo. Llego a ser cónsul y durante su consulado se enfrento a una conspiración liderada por Catilina. Ya considerado un gran orador los grandiosos discursos contra Catilina en el Senado le encumbraron como el mas grande  de la época republicana. No es el objetivo de esta entrada contar la vida del gran Cicerón pero no puedo evitar recordar dos frases suyas a las que se ha enfrentado todo buen estudiante de latín. "Oh tempora, o mores!" (Oh tiempos, oh costumbres) y, mi favorita, "Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?" (¿Hasta cuando abusaras, Catilina, de nuestra paciencia?).

Cicerón, así, sin la "e", es según el DRAE "Persona muy elocuente", obviamente por Cicerón. Lo cual le da parte de la razón a mi compañera. Comentar también que en el diccionario panhispánico de dudas nos recuerda expresamente que no debe confundirse con cicerone, nuestra siguiente palabra.

Cicerone viene definido como "Persona que enseña y explica las curiosidades de una localidad, edificio, etc."  Ademas, leyendo la etimología en el propio diccionario me encuentro con la sorpresa de una preciosa palabra que desconocía, "facundia", que significa "Facilidad y desenvoltura en el hablar". Exactamente lo que nos dice esta etimología es que cicerone viene de Cicerón por la facundia de estos guías, precioso.

Y por último otra sorpresa, Cícero. Como decía antes esta palabra la descubrí gracias a consultar el diccionario en papel, ya que esta por encima de las dos anteriores. Cícero es un tipo de letra, mas exactamente un tamaño, usado en las antiguas imprentas. ¿Y que tiene que ver con Cicerón? pues que el tipógrafo Fournier, se baso en la impresión veneciana de algunas obras de Cicerón para crear este nuevo tamaño de 12 puntos y en honor al gran orador le puso el nombre de Cícero. Supongo que, como yo, os estaréis preguntando si esos 12 puntos tiene algo ver con los 12 puntos que generalmente usamos como tamaño de letra en nuestros ordenadores. Y la respuesta es "si pero no", efectivamente la idea de los 12 puntos es la misma, pero los puntos de Fournier eran ligeramente mayores que los que se usan en informática, por lo cual un cícero mediría unos 4,5 milímetros y una letra 12 habitual unos 4,2.

Espero que os hay gustado la entrada, aunque estoy seguro que si la hubiera escrito el gran Cicerón habría quedado mucho mas clara y elegante, que le vamos a hacer.


sábado, 30 de junio de 2018

Como decíamos ayer...


Como decíamos ayer dos maravillosos blogs (Curistoria, de Manuel J. Prieto e Historias de la Historia, de Javier Sanz) fueron los principales responsables de que hace ya mas de siete años me lanzara a la aventura de escribir mi propio blog sobre curiosidades históricas y orígenes de expresiones comunes. Y de la frase "Como decíamos ayer" y de quien la dijo vamos a hablar en esta entrada (no me digáis que no es una  manera elegante de introducir el tema de hoy).

Fray Luis de Leon Como decíamos ayer Dicebamus hesterna die mistico

Fray Luis de León fue un religioso (como habréis deducido por lo de Fray), humanista, catedrático y poeta del siglo XVI. Vamos todo un hombre del Renacimiento, aunque fuera español y fraile. Pero por ser español estaba en España y sus éxitos académicos y literarios le trajeron, en vez de reconocimientos,  multitud de envidias entre sus enemigos. Y si tus enemigos son tan poderosos como los frailes dominicos que controlaban la Inquisición no puedes esperar nada bueno. Encima el bueno de fray Luis se empeñaba en ponerles las cosas fáciles, no solo era hijo de judíos conversos, lo que ya le colocaba en el punto de mira, si no que ademas se empeñaba en traducir la Biblia a la lengua vulgar, hacerlo directamente desde la versión hebrea y empezar ni mas ni menos que por el Cantar de los cantares. Como es de suponer no tardaron en tomarlo preso e iniciar un proceso contra el que duró cuatro largos años (tan largos que algunas fuentes hablan de cinco años) durante los cuales estuvo en la cárcel. Finalmente fue absuelto y al volver a su aula en la Universidad de Salamanca comenzó la clase diciendo "Dicebamus hesterna die..." ,"Como decíamos ayer...", de esta forma daba a entender que los cuatro años que paso en la cárcel carecían de importancia, lo verdaderamente importante era seguir con sus clases y su legado. 

Miguel de Unamuno Deciamos ayer filosofo

Cuatro siglos después de esta historia don Miguel de Unamuno, otro gran filósofo amigo de crearse enemigos poderosos, también pronunció esta frase inmortal en la misma universidad. Feroz opositor al rey Alfonso XII, y sobre todo a su jefe de gobierno el dictador Miguel Primo de Rivera, no dudaba en criticarlos públicamente a la menor ocasión. Como no podía ser de otra manera en 1924 el rey lo destituye como vicerrector de la Universidad de Salamanca y lo destierra a Fuerteventura. Aunque pocos meses después es indultado él se autoexília en Francia y no volverá hasta la caída de Primo de Rivera en 1930. A su vuelta a dar clases en su querida universidad no pudo resistir la tentación de citar al gran fray Luis de León y también comenzó su clase con el famoso "Como decíamos ayer...". 

Y hoy, este juntaletras emborronador de bits se atreve a comenzar este humilde texto con la misma frase que dijeron esto dos grandes hombres. Afortunadamente nadie me ha metido en la cárcel, ni me ha desterrado  durante estos tres años y tres meses en los que esta bitácora ha estado en silencio absoluto, pero si que podría decir que he estado encerrado en la "cárcel de la pereza" y desterrado en "la isla del bloqueo ante el papel en blanco". Veremos si definitivamente he recuperado la libertad y puedo seguir adelante con este blog que tantas satisfacciones me ha dado en el pasado.