La Zarzuela no es el genero chico
¿Cuantas veces habremos oído llamar a la Zarzuela género chico?, y no sólo eso, sino que además se justifica el término de género chico comparando la Zarzuela con la Ópera, que seria (supuestamente) el "género grande". Incluso lo oímos de gente que se le presupone un nivel cultural y hasta musical importante. Por eso, desde esta humilde bitácora, vamos a intentar poner las cosas en su sitio e intentar explicar qué es el género chico, qué es la Zarzuela y por qué tienden a identificarse. Para ilustrar la entrada una foto de una conocidísima obra musical (de la que no diremos todavía si pertenece al género chico o a la Zarzuela, jeje).
La Zarzuela nace a mediados del XVII en las fiestas que para la Corte se organizaban en el palacio de la Zarzuela (de donde recibe su nombre el género, y no al revés) . Allí se empiezan a representar obras que mezclan el canto con las partes habladas. Rápidamente estas piezas van cobrando importancia y se convierten en auténticas "óperas españolas". Una muestra de la importancia del género es que el propio Calderón de la Barca escribe varios libretos para estas primeras zarzuelas. Del propio Calderón es El laurel de Apolo que se estrena en 1658 el Teatro del Buen Retiro de Madrid, confirmando el salto definitivo desde las fiestas palaciegas a las salas del teatro y el gran público.
El género va ganado en importancia y solemnidad durante los siglos siguientes, llegado a su esplendor a mediados del XIX con la construcción del "Teatro de la Zarzuela". Allí se representan importantes piezas de varios actos y que duran mas de tres horas, aderezadas con una impresionante escenografía y complicada tramoya. De esta época son zarzuelas como : Colegialas y soldados, Los sitios de Zaragoza, Pan y toros o El barberillo de Lavapiés.
En este breve recorrido llegamos a la década de los 60 del citado siglo XIX. El público quiere ver zarzuelas pero la gran complejidad de estas y sobre todo su gran duración hacen que sea inaccesible para la mayoría del los ciudadanos. Intentando paliar este problema, o aprovecharse de él, nace el llamado "teatro por horas". En vez de hacer una complicada representación de cuatro horas se empiezan a representar, durante los días laborables, pequeñas obras de una hora de duración, de esta manera se pueden realizar hasta cuatro diarias en lugar de una sola zarzuela "grande".
El éxito de estas nuevas zarzuelas es inmediato y se escriben multitud de obras que son representadas con gran afluencia de público. Ha nacido el Género Chico. Nombre que hace referencia a la corta duración de estas zarzuelas comparadas con las tradicionales, no así a su calidad tanto musical como literaria, ya que son los mismos escritores y músicos del "género grande" los que escriben las piezas del género chico.
Algunos ejemplo de estas zarzuelas serian: Gigantes y cabezudos, La Revoltosa, Agua, azucarillos y aguardiente, La Gran Vía y la del cartel que ilustra esta entrada, La Verbena de la Paloma. Repasando los nombres de esta piezas del género chico podemos adivinar el porqué de la confusión. Os habréis dado cuenta que todos, o prácticamente todos estos títulos os suenan, es mas, si os preguntan por una zarzuela seguramente nombraríais una de éstas, una de las del género chico. Esta abundancia de grandes títulos del género chico entre las zarzuelas mas conocidas, junto con el habitual complejo de inferioridad de los españoles ante todo lo que viene de fuera (en esta caso la ópera) han llevado a la identificación de el todo (la Zarzuela) con la parte (el género chico).
Como resumen y conclusión permitidme finalizar esta entrada con un frase en mayúsculas (osease gritando):
TODO EL GÉNERO CHICO ES ZARZUELA PERO NO TODA LA ZARZUELA ES GÉNERO CHICO.